El cabello afro es mucho más que una expresión estética: cuenta historias, refleja la cultura y la lucha que atraviesan miles de personas afrodescendientes a diario. “De Chontudas & Mataepelos: trenzando la economía del emprendimiento del cabello afro en las luchas antirracistas en Colombia” es una investigación liderada por Karen Domínguez y apoyada por el Fondo para la Investigación, en la convocatoria 2024, cuyos hallazgos preliminares fueron socializados recientemente, en un evento realizado en la Fundación WWB Colombia.
El estudio combina entrevistas, talleres y observación en eventos culturales, teniendo entre sus aliadas a la organización de base comunitaria Asociación de Mujeres Afrocolombianas (AMAFROCOL), lo cual ha facilitado el acercamiento a las voces de 50 personas —entre peinadoras, barberos, estudiantes, gestores culturales, abogadas y más—, evidenciando que la discriminación por el cabello afro no es un caso aislado, sino un patrón estructural que se refleja, incluso, en la criminalización de las actividades económicas dedicadas a su cuidado y mantenimiento.
Karen, la líder de la investigación, precisó que este trabajo busca “comprender cómo esa economía política que se mueve alrededor del cabello afro rizado genera poder económico y autonomía para las comunidades que se mueven en este sector” y para ello se abarca tanto el Pacífico como el Caribe colombiano, haciendo que esta investigación, además de participativa, sea multisituada.
Entre los hallazgos preliminares de la investigación se destaca cómo las barberías y peluquerías se han transformado en auténticas “plazas públicas de poder negro”, las cuales funcionan como herramienta de cambio y logran ser cruciales para la transformación social. David Eloy Zúñiga, investigador del proyecto, amplió esta idea: “Las personas negras construimos economía y a partir de nuestros conocimientos ancestrales, culturales y comunitarios hemos logrado sostener a nuestras familias y crear redes de esperanza” las cuales permiten fortalecerse como comunidad.
No es solo cabello
El evento de socialización, apoyado por el Fondo para la Investigación, reunió a más de 40 personas, las cuales presenciaron no solo los avances, sino un adelanto de la miniserie documental realizada con el colectivo “Ese pelo es tuyo”. Patrik Mosquera, encargado del componente audiovisual, compartió cómo se sigue sorprendiendo al capturar historias de emprendedoras y activistas que, mientras luchan por autonomía económica, enfrentaron prácticas dolorosas para “encajar” en estándares sociales. “Cada historia merece ser contada”, insistió Mosquera, destacando la urgencia de visibilizar estas realidades.
Angie Cataño, una de las asistentes a la presentación del informe, compartió su emoción al ver cómo la investigación aborda el cabello afro desde la arista del emprendimiento: “aparte de ser portadoras de tradición y querer llevar a cabo el reconocimiento de nuestra identidad, también podemos trabajar, fomentar y crecer económicamente”.
Lorena Calapsú, líder del Fondo para la Investigación de la Fundación WWB Colombia, dijo que: “este espacio permitió evidenciar cómo el racismo, lejos de ser un problema del pasado, sigue manifestándose en estructuras que marginalizan lo diferente, y cómo, frente a ello, la resistencia se encarna en los cuerpos y sus expresiones más íntimas”.
El cabello afro —en sus múltiples formas de llevarlo— nunca ha sido simple adorno: es un archivo corporal que documenta cada experiencia de quienes lo portan. Es por eso que este proyecto, a medida que avanza, busca entrelazar memoria ancestral, emprendimiento contemporáneo, discriminación estructural y resistencia.