El Tiempo. AFE está en desacuerdo con transformar régimen impositivo especial que tienen estas organizaciones.
Las 68 entidades sin ánimo de lucro que forman parte de la Asociación de Fundaciones Empresariales (AFE) destaparon su reclamo frente al proyecto de reforma tributaria que busca transformar el régimen impositivo especial que tienen estas organizaciones.
El tema figuraba este miércoles en la agenda de los representantes del Gobierno y los ponentes del proyecto, quienes desde el lunes trabajan en la ponencia que será votada en las comisiones terceras del Congreso.
Con el fin de crear eco en ese recinto de decisiones, la directora del gremio de fundaciones, María Carolina Suárez, expresó que, si bien están de acuerdo con que se promueva la transparencia para que el régimen especial que los privilegia no sea utilizado como trampolín para cometer delitos (lavado de activos, por ejemplo), también es cierto que la actividad de las fundaciones legales se vería afectada.
Aunque la agremiación tiene sugerencias sobre nueve de las medidas incluidas en el proyecto de ley, relacionadas con las entidades sin ánimo de lucro (Esal), Suárez se enfoca en dos por considerarlas de mayor impacto.
Es el caso de los cambios previstos, en materia impositiva, a las donaciones, aspecto básico para la labor social que desempeñan las fundaciones. Según la norma vigente, a la hora de hacer la declaración de renta se puede deducir el valor de las donaciones efectuadas, hasta en un 30 por ciento de la renta líquida del contribuyente, determinada antes de restar el valor de la donación.
A la luz del proyecto, “las donaciones efectuadas a las entidades sin ánimo de lucro no serán deducibles del impuesto sobre la renta y complementarios, pero darán lugar a un descuento del impuesto sobre la renta y complementarios equivalente al 20 por ciento del valor donado en el año gravable”.
Para Suárez, “al no contar con el mismo beneficio, el donante será desmotivado, en un país donde solamente las empresas donan, pues es escasa la cultura de la donación en la persona natural”.
La transformación del régimen especial a las Esal fue motivada porque en el país hay muchas entidades de buena fe, pero otras (no pocas) se crean para evadir impuestos o se prestan para que entidades con ánimo de lucro obtengan beneficios concedidos a los que cumplen un fin social.
El otro punto grueso que, según Suárez, es contraproducente para las fundaciones es el que define normas para relacionarse con los vinculados. “Es claro que en muchos casos se crean carruseles para contratar con empresas que son de la misma cadena o con parientes o fundadores donantes, pero la ley no puede partir del hecho de que esas relaciones son fraudulentas”, son razones sociales distintas.
En el mismo sentido, las iglesias evangélicas sostuvieron un encuentro con los ponentes del proyecto, ante la idea de que, en materia tributaria, sean equiparadas a las Esal, lo que las obligaría a tributar algo, por lo que pidieron un trato igual al que recibe la Iglesia católica.
Fuente: El Tiempo
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