El informe de Inclusión financiera de las mujeres en la ruralidad del Valle del Cauca, de la Fundación WWB Colombia, se narra desde la experiencia de las personas participantes (117 hombres y 284 mujeres), las barreras de acceso y uso de productos financieros formales y la relación con su participación en el trabajo productivo. Del 71% equivalente de las mujeres rurales que hicieron parte de la investigación se observa que las desigualdades persisten, pues solo el 42% de ellas manifiesta tener una cuenta de ahorro a su nombre, en comparación con el 65% de los hombres.
“Esta investigación es relevante, por un lado, porque estamos hablando desde las experiencias de las personas, es decir que, en este informe, son las voces de quienes están en la ruralidad lo que nos permitió tener una diversidad de experiencias. Además, su importancia también radica en que no hay muchos estudios que vinculen metodologías cuantitativas y cualitativas alrededor del tema; desde la Fundación se buscó vincular la inclusión financiera con la participación en el trabajo productivo y reproductivo.”
Soraya Husain, directora de Investigación.
El estudio, realizado en seis municipios del departamento, revela que un 23% de los hogares encuestados vive en condiciones de pobreza monetaria, mientras que un 15% se encuentra en pobreza extrema. Asimismo, el análisis muestra que los hogares afrocolombianos enfrentan una mayor vulnerabilidad económica: el 25% de ellos está por debajo de la línea de pobreza, y un 27% en pobreza extrema, lo que acentúa las desigualdades entre los grupos étnicos de la región.
Entre los principales obstáculos para la inclusión financiera se encuentran las barreras de oferta y demanda. Por un lado, las entidades financieras imponen costos elevados y existe una ausencia de infraestructura en las zonas rurales, mientras que las mujeres enfrentan limitaciones en habilidades financieras, ingresos y conocimiento de productos financieros. Además, los sesgos culturales refuerzan roles de género tradicionales, que dificultan que las mujeres tomen decisiones financieras de manera independiente.
Otro hallazgo clave de este informe es la tendencia al uso de cuentas digitales sobre las tradicionales: el 30% de las mujeres afrocolombianas optan por cuentas digitales, lo que refleja un cambio positivo en los hábitos financieros, impulsado por la facilidad y accesibilidad de las plataformas digitales. Sin embargo, el informe también advierte que la mayoría de las mujeres usan estos productos de manera transaccional, sin percibirlos como herramientas de ahorro, debido a los altos costos asociados.
El informe destaca la importancia de abordar estas desigualdades desde un enfoque integral, que contemple no solo la educación financiera, sino también el acceso a productos financieros adaptados a las necesidades de la población rural. Esto es crucial para mejorar las oportunidades económicas de las mujeres y promover su empoderamiento.
Es fundamental aproximarse a la inclusión financiera desde una perspectiva de género. Hasta ahora, en este informe, las recomendaciones se han planteado de manera general, sin embargo es crucial reconocer que las mujeres enfrentan desigualdades económicas y sociales estructurales. Si no se consideran estos factores, no se logrará mejorar el bienestar de las mujeres.
“La inclusión financiera puede potenciar sus capacidades, fortalecer sus emprendimientos y mejorar su calidad de vida. Es esencial un trabajo coordinado entre el sector público y privado, para diseñar políticas, productos y servicios financieros que respondan a las necesidades de las personas rurales, y en especial, a las mujeres en estos contextos. Estas iniciativas deben fortalecer su gestión económica, crear redes de apoyo y garantizar su acceso a recursos y oportunidades económicas.”
Soraya Husain, directora de Investigación.
Para conocer más sobre los resultados y recomendaciones de esta investigación, te invitamos a leer el informe completo