Santiago de Cali, octubre de 2021. Según estimaciones del Banco Mundial cerca de USD 160,2 billones se pierden anualmente en riqueza de capital humano como resultado de las inequidades de género existentes y a esto se suma la pandemia por Covid-19, que continúa ampliando la brecha de pobreza entre hombres y mujeres.
Ante esta realidad, unas iniciativas innovadoras y estratégicas empiezan a tomar fuerza en el campo de las finanzas: las inversiones de impacto con perspectiva de género.
La Fundación WWB Colombia, en 2020, se convirtió en la primera fundación en Colombia y en América Latina es la cuarta en haber ingresado al grupo mundial de signatarios de Principios de Inversión Responsable (PRI).
Esta es una organización internacional de inversionistas y respaldada por las Naciones Unidas, que le apuesta, con sus inversiones, a atender la disparidad estructural que afecta negativamente a las mujeres, y otras identidades que se encuentran en desigualdad y vulnerabilidad, reconociendo el rol central que ocupan con sus trabajos en la economía regional.
La Fundación es inversionista de impacto social con perspectiva de género desde el año 2014 a través de fondos y bonos, tales como el fondo Limited Capital Partners Fund de la Red WWB con el propósito de contribuir a la inclusión financiera con perspectiva de género en siete países en el mundo.
También en 2018, en el fondo ALEG de ACUMEN, que invierte en empresas con alto impacto social y alto potencial de crecimiento en Colombia y Perú; y desde el 2019, en los Bonos de Impacto Social (BIS) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Fundación Corona, Cooperación Suiza y la Alcaldía de Santiago de Cali, cuyo objetivo era apoyar procesos de empleabilidad en Cali para personas entre 18 y 40 años de edad, a través de las fases de formación y acompañamiento previas a la vinculación laboral.
En cuanto a inversiones con capital no reembolsable, la Fundación destina recursos para llevar a cabo proyectos como la financiación del Fondo Fundación WWB Colombia para la Investigación (FFI) —con una inversión que asciende a más de $2.600 millones, enfocado en conocer las dinámicas y contextos de los emprendimientos liderados por o con mujeres en ámbitos rurales y a su vez promover el cierre de brechas de conocimientos de estudiantes de maestría, doctorado y grupos de investigación a nivel nacional e internacional.
Otra de las mencionadas inversiones es para la creación y sostenimiento del Observatorio para la Equidad de las Mujeres (OEM), en alianza con la Universidad Icesi, que procura aunar esfuerzos para construir, consolidar y visibilizar proyectos que contribuyan a la equidad e inclusión de las mujeres así como visibilizar los factores que afectan la equidad y la autonomía de las mujeres en el Valle del Cauca.
Finalmente, desde junio del año pasado, se creó el plan transitorio de emergencia para la recuperación y la reactivación económica, beneficiando a más de 3.000 emprendimientos de subsistencia liderados y con participación de las mujeres, en 10 municipios del Valle de Cauca, llamado Plan Reactívate.
Este plan se considera como un mecanismo para realizar inversiones de impacto social porque se desarrolla: financiación a la medida de las emprendedoras beneficiarias a través de entrega de capital de trabajo no reembolsable, apoyo no financiero mediante los procesos de capacitación virtual, soporte para la conectividad y la promoción de conexiones de mercado, entre ellas, con empresas locales y nacionales, y a través de plataformas de compra virtual.
Reconociendo la importancia de la inversión con perspectiva de género, la Fundación publica el Boletín # 11: Diálogos entre la inversión de impacto y la perspectiva de género, en el que se abordan datos generales sobre el panorama y los posibles impactos de este tipo de inversión, y se brindan recomendaciones sobre elementos que aportan a pensar de manera crítica los alcances y limitaciones de estos esfuerzos.
Como líder en inversiones de impacto social con perspectiva de género en el país, la Fundación WWB Colombia demuestra en este boletín que la inclusión de las mujeres en la economía de mercado tiene un impacto sobre el crecimiento económico, por lo que este tipo de inversiones, tanto públicas como privadas, se posicionan como estrategias que influyen en el crecimiento de distintos indicadores.
Se estima que, para América Latina, el PIB podría aumentar a USD 2.600 billones en 2025, si se logra que las mujeres participen de la economía del mercado en la misma medida en que los hombres lo hacen.
Todo esto evidencia la importancia de trabajar en la incorporación de la perspectiva de género en inversiones que permitan el desarrollo socioeconómico y la transformación de las condiciones que causan y reproducen la desigualdad.
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