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En el marco del Día Internacional de la Mujer, el Observatorio para la Equidad de las Mujeres (OEM), la Fundación WWB Colombia y el Programa Ciudadano Cali Cómo Vamos, compartimos las cifras del panorama de lo que sienten las caleñas en distintos aspectos de la vida cotidiana, así como los desafíos que enfrentan los gobiernos y las empresas privadas en la creación de un entorno diverso, equitativo e inclusivo, esto desde tres temas principales: la situación de cuidado, la autonomía económica y la prevención de violencias basadas en género.
Uno de los aspectos preocupantes es la falta de respeto por las mujeres, el 57% de personas encuestadas calificó como malo el comportamiento de los caleños en relación con el respeto por las mujeres. Al desagregar por género, ellas reportan una calificación negativa en mayor proporción: el 63% considera que hay un mal comportamiento y que ello se refleja en distintos aspectos de la cotidianidad.
“Las mujeres se sienten violentadas en los medios de transporte, en la red peatonal y en los espacios de ocio, cultura y descanso, como parques y otros escenarios. Uno de nuestros estudios recientes indica que el 75% de las mujeres opta por dejar de acceder al espacio público. Ejercicios de cartografía social que hemos realizado muestran que eso achiquita la Cali de las mujeres: para ellas amanece más temprano, anoche más temprano y la ciudad es físicamente más pequeña que la de los hombres”, explicó Lina Buchely, directora del Observatorio para la Equidad de las Mujeres (OEM).
Este panorama de violencias basadas en género pone en evidencia que ni el espacio público ni el privado son lugares seguros para ellas. En una investigación del Observatorio para la Equidad de las Mujeres, que tuvo como muestra a 400 mujeres de Cali, 1 de cada 4 manifestó haber sido manoseada, besada o tocada sin su consentimiento, y el 63% de las veces fue por parte de un desconocido. Los resultados de los estudios y la encuesta fueron presentados en un facebooklive desde el Noticiero 90 Minutos, y transmitidos también por El País.
La mitad de las mujeres en Cali aseguran estar preocupadas por las cifras de empleo y piden que sea un tema prioritario de la agenda gubernamental. De acuerdo con una reciente encuesta realizada por el OEM, el 57% de las mujeres en la ciudad no tienen un trabajo remunerado. En tanto, el 57% que tienen negocios en sus viviendas, lo hacen como una estrategia para conciliar la vida familiar y laboral; lo anterior según lo indica el informe de Caracterización de Emprendimientos en Contextos Vulnerables de Cali, de la Fundación WWB Colombia. El informe revela, también, que el 59% no tienen RUT, el 70% no cotiza salud y el 78.5% de esos emprendimientos a cargo de mujeres surgen para completar los ingresos familiares, en tanto que solo un 38,8% tiene un salario fijo del mismo.
Según Lina Buchely, directora del OEM, desde 1980 ha quedado en evidencia, gracias a las cifras del ICFES y del Ministerio de Educación, que las mujeres se profesionalizan más, es decir que inician unos procesos en educación terciaria, en educación universitaria mucho más elevados que los hombres, lo que significa que las mujeres están lo suficientemente preparadas. En algunos datos se muestran una importante mejora en la brecha educativa, la cual se ha logrado cerrar considerablemente en la experiencia de Colombia, sin embargo, es un esfuerzo que no tiene un correlato en el bienestar de las mujeres dado que la promesa de la educación es generar unos proyectos de vida sostenidos.
La encuesta de percepción ciudadana de Cali Cómo Vamos, deja en evidencia que el 83% de las mujeres de la ciudad consideran que no es fácil encontrar trabajo en la ciudad, frente a un 78% de los hombres. En tanto, 6 de cada 10 encuestadas piensa que el empleo en la ciudad desmejoró durante el 2023.
“Tú sales siendo una profesional, quieres emplearte y resulta que esa promesa de un proyecto de vida de bienestar, de sostenibilidad de las mujeres, se está incumpliendo porque entonces hay brechas de ingresos muy importantes en el mercado laboral, pero también hay techos de cristal, hay unos sesgos muy importantes sobre todo en los lugares de ejercicio de liderazgo y jerarquía.” Lina Buchely, directora del OEM.
Dado a la falta de oportunidades laborales para las mujeres, las actividades dedicadas al cuidado del hogar es otro factor que les dificulta el acceso al empleo, pues el estudio realizado por la Fundación WWB Colombia afirma que el 68% de las emprendedoras en Cali son las encargadas del cuidado y la atención de niños, frente al 15% de los hombres. A esto se le suma otro dato del Observatorio para la Equidad de las Mujeres que indica que 43 de cada 100 mujeres no tienen tiempo en el día para realizar actividades de autocuidado.
Asimismo, de acuerdo con esta misma encuesta, las mujeres presentan el doble de intensidad de trabajo de cuidado no remunerado que los hombres; las mujeres entre los 18 y 39 años presentan las mayores cargas de cuidado del total de la población
En ese sentido, el trabajo de cuidado no remunerado incide en los promedios de venta y las jornadas de trabajo de los negocios de hombres y mujeres. Los negocios a cargo de mujeres obtienen en promedio 30,7% menos ingresos en ventas que los negocios a cargo de hombres. Sin embargo, la dedicación en horas entre negocios entre hombres y mujeres es similar: ellas dedican 8,9 horas al día, y ellos, 9,3. Lo que no es igual son las horas que dedican al cuidado: mientras las mujeres ocupan 7 horas, 44 minutos al día en labores de trabajo no remunerado en casa, los hombres promedian 3 horas y 6 minutos.
“Las mujeres asumimos el cuidado en el hogar y esto hace que tengamos menos tiempo para dedicarle a nuestros negocios si somos emprendedoras o que nuestro empleo también se vea afectado y por supuesto todo lo relacionado con las posibilidades de capacitación, de poder salir, de tener tiempo para el autocuidado, para la esparción que obviamente es fundamental también para el bienestar emocional y psicológico” Soraya Nazneen Husain, directora de Investigación – Fundación WWB Colombia.
La reciente encuesta realizada por el OEM da a conocer que el 99% de las mujeres en Cali realiza alguna actividad filantrópica, vecinal o comunitaria, actividades que, de acuerdo con Lina Buchely, directora del OEM, además de que son una labor no remunerada, es invisible para la economía, pues las empobrece porque no es un trabajo reconocido como una transacción económica formal. “Nadie le paga a la mamá por hacer el desayuno o a la esposa por hacer el aseo”.
Uno de los primeros pasos para la construcción de equidad de género es brindar formación sobre la redistribución del cuidado y los sesgos de género, al tiempo que se generan políticas de prevención, abordaje y transformación que fortalezcan los sistemas de cuidado y se reconozca el rol conjunto del Estado, el mercado y la comunidad para garantizar la cobertura de servicios que alivianen las cargas de cuidado.
En el informe ‘Recomendaciones para fortalecer los emprendimientos liderados por mujeres’ se menciona, por ejemplo, que los hombres podrían vincularse de forma más directa en la vida familiar, a través de una paternidad activa, el cuidado de los adultos mayores y personas enfermas. También, que haya una mejor distribución de las labores domésticas, sumado a la superación de los estereotipos de género.
En cuanto a la inclusión financiera, se enfatiza en que aporta a la consolidación de autonomías económicas. Desde la Mesa Intersectorial de Inclusión Financiera, conformada por 16 organizaciones del sector público, privado, academia y tercer sector, se recomienda a los nuevos gobiernos de Cali, Bogotá y Medellín diseñar acciones enfocadas en lograr mayores niveles sostenibles de inclusión, que estén incorporadas a los planes de desarrollo locales, tengan indicadores reales y datos que faciliten la destinación de recursos.
Asimismo, se pide promover los encadenamientos productivos. Con estrategias integrales de acompañamiento a personas y/o unidades productivas que garanticen el acceso y uso adecuado de los productos de crédito, ahorro y servicios financieros.
Para las personas emprendedoras se recomienda que haya programas entre los gobiernos locales y las cámaras de comercio, que faciliten la tenencia de registros formales de los micronegocios y aportar al cumplimiento de requisitos para acceder al sistema financiero, así como atender la inclusión financiera con enfoque en migrantes, mujeres, niños, niñas y adolescentes, acorde con sus necesidades. Todo ello encaminado a generar garantías y ecosistemas de inversión que faciliten el microcrédito empresarial.