“Desde el inicio de nuestra historia tenemos un compromiso genuino con la equidad de género. En 2012 creamos el Banco W para promover la inclusión financiera de las mujeres. Y en los diez años recientes hemos afianzado nuestra participación en fondos de impacto social con lente de género que aporten al mejoramiento de las condiciones de las mujeres”.
De esta manera, la presidente de la Fundación WWB Colombia, Daniela Konietzko Calero, reafirmó uno de los propósitos de nuestra organización, como participante en el panel ‘Inversión con enfoque de género’, el 10 abril, en el Encuentro Anual FinEquity ALC 2024, del Plan a la Acción’.
En este espacio, moderado por la directora de Investigación, Soraya Husaín Talero participaron, junto a Daniela, Molly Tolzmann, del Grupo Consultivo de Ayuda a la población Pobre, CGAP; José Felix Etchegoyen, Especialista Global del International Finance Corporation, IFC, y Mercedes Canalda, del Banco Adopem.
Además de explicar qué hace la Fundación WWB Colombia, Daniela Konietzko dio a conocer los aspectos que se tienen en cuenta para invertir en fondos de impacto social con lente de género: que las empresas sean fundadas o co-fundadas por mujeres, cuya CEO sea una mujer; que tengan una participación relevante de mujeres entre sus empleados, sus directivas o en la junta directiva, y/o que ofrezcan productos o servicios que solucionen las necesidades de las mujeres.
En ese sentido, ahondó sobre la participación actual en los fondos ISIS, ALEG I y ALEG 2, EWA CAPITAL y Empodera, siendo el más reciente, y cuya inversión se anunció en el FLI, celebrado en febrero, en Mérida, México, el cual se ocupa de atender las problemáticas relacionadas con la salud de las mujeres.
“La primera gran inversión fue crear el Banco W, que es nuestro activo más importante y desde el cual la Fundación hace su ejercicio de inclusión financiera. Luego vino nuestra participación en los fondos, siempre teniendo en cuenta que haya un compromiso genuino con la equidad de género y que ese compromiso se sostenga en el tiempo. Los montos van subiendo, siempre que nos sintamos cómodos con el ejercicio que se desarrolla y con que se haga una inversión en Colombia y América Latina”, explicó la Presidente de la Fundación.
En cuanto a los retos y oportunidades, de acuerdo con la experiencia, Daniela expresó que se debe acompañar de manera efectiva a los gestores de Fondos para que la igualdad de género sea una parte integral de su quehacer, más allá de las métricas de impacto. Esto se traduce en que haya objetivos específicos de inversión con lente de género (intencionalidad), que se realice un seguimiento continuo y procesos de capacitación: no solo una, sino varias y a mediano y largo plazo, que contribuyan a afianzar la mirada de género en la inversión.
Además, recomendó buscar procedimientos que garanticen mayor diversidad de género y de participación de roles en los fondos y comités de inversión de impacto, dado que esta sigue siendo baja; contar con datos desagregados, no solo por sexo, sino desde una perspectiva interseccional (pertenencia étnico racial, edad, identidad de género, entre otras) y comprender que la dicotomía entre la rentabilidad financiera y los beneficios sociales ha perdido vigencia. Todas las inversiones deben vincular ambas miradas y está evidenciado que son rentables.
Inversión rentable
La inversión con lente de género poco a poco ha dejado de ser vista como un aporte sin rentabilidad. Dice la Cepal, al respecto, que la inversión en la igualdad de género es esencial no solo por razones de justicia e inclusión, sino también porque es una inversión estratégica para dinamizar la economía. En tanto, el BID Invest cita en sus documentos el estudio de la consultora McKinsey ‘Why Diversity Matters’, que indica que “las empresas que se ubican en los primeros lugares del ranking de diversidad de género son 15 % más proclives a recibir retornos financieros por encima de la media nacional de sus respectivas industrias”.
Durante su participación en el panel, Molly Tolzmann, del Grupo Consultivo de Ayuda a la población Pobre, CGAP, resaltó cómo los compromisos mundiales estimados para la inclusión financiera, del 2011 al 2022 han aumentado, y el impacto positivo que ello ha traído a la economía. Además, dio a conocer el comportamiento de la misma en cada continente.
“La igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres es el objetivo de impacto más común para las entidades de financiamiento de inclusión financiera. Es una prioridad para los próximos 5 años, al igual que el cambio climático. La medición de impacto es un reto, especialmente cuando el género es solo un componente de un proyecto y no el objeto principal. Es importante mejorar los datos y estándares de impacto”, agregó Tolzmann.
A su turno, José Felix Etchegoyen, Especialista Global del International Finance Corporation, IFC, habló sobre las inversiones hechas por la entidad, partiendo de un enfoque de género a diversidad, equidad e inclusión. A diciembre de 2023, el negocio de Banking on Women contó con $4.6 mil millones invertidos en pymes de mujeres, a través de más de 200 proyectos con 180 instituciones financieras en 76 países.
Habló, también, del impacto de los clientes bancaros de IFC de mercados emergentes, en los que precisó estas cifras: 68 mil mujeres empleadas, 658 mil préstamos vigentes para Pymes de mujeres, representados en $15.6 billones otorgados.
Mercedes Canalda, presidenta ejecutiva del Banco Adopem, manifestó la importancia de tener al Banco Interamericano de Desarrollo, BID, como un aliado que aporta no solo en elementos tradicionales de posicionamiento y visibilidad sino en conocimiento y experiencia más global del tema. Asimismo, dio a conocer que iniciaron el proyecto de digitalización ‘Comunidad Emprendedora Digital’, con el apoyo del BID Lab 2023.